Hola, querido visitante del Portal El Vigía, este multimedia es el resultado del proyecto “Contar una vida con libertad”* en el que desarrollamos un espacio de lectura, escritura y reflexión con mujeres privadas de la libertad de El Buen Pastor (del patio de Comunidad Terapéutica, es decir, que están dejando el consumo de drogas y sustancias psicoactivas).
El objetivo final era que ellas tuvieran las herramientas para pensar sus vidas contarlas y romper con los estereotipos que la mayoría de las personas tiene frente a esta población, estereotipos que las alejan aún más del exterior (haciendo más doloroso y difícil su proceso de resocialización y de dejar el consumo) y que generan grandes dificultades en sus vidas cuando recuperan su libertad.
Con esto en mente, durante 13 semanas dictamos talleres en los que se leyeron y comentaron con las mujeres del taller diversos escritos biográficos y autobiográficos (narrativos, poéticos, epistolares, entre muchos otros). Al tiempo que hicimos esto, se abordaron reflexiones sobre la educación para la paz, sobre derechos humanos y memoria: queríamos que ellas se apropiaran de su condición de privación de libertad.
Pero ahí no termina el proyecto: una parte esencial para romper con los estereotipos y aportar al grupo era difundir sus voces, sus historias, SUS VIDAS CONTADAS CON LIBERTAD. Por eso, a continuación, querido visitante, encontrará muchos textos distintos realizados por mujeres privadas de la libertad, un abanico muy variado de géneros y estilos, que lo acercarán a las vidas de estas mujeres.
*Proyecto apoyado por la Beca para proyectos de lectura y escritura, del Programa Distrital de Estímulos 2022 de la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte
Historias sonorizadas
POEMAS
Por Yuyi
Ella es frágil, su coraza la resguarda, es un poderoso árbol seco que nació de una triste semilla.
Ha surcado océanos en un gran barco vacío.
Ha anhelado la eternidad, pero se apaga como un faro viejo y vacío.
Como las estrellas solo brillan en la oscuridad y como un reloj de arena siempre puede volver a comenzar.
Por Japonesa
¿Mi cabeza?Tierra fértil para plantar.
¿Mis ojos?Una montaña para escalar.
¿Mis manos?Pinceles mágicos para crear.
¿Mi piel?Un lienzo para pintar.
¿Mis pies?Un árbol en el desierto.
¿Mi alma?Unas gemelas en la eternidad.
¿Mi humor?Flores en verano.
¿Mi esencia?Amor de madre.
¿Mi cuerpo?Un libro sin publicar.
¿Mi corazón?Un ecosistema natural.
Por Sammy
Soy como un velero en altamar que navega y navega y no sabe dónde parar.
Soy un océano en una botella de cristal. soy una nube que no sabe dónde reposar.
Soy una lectura sin principio ni final.
Soy aquello que se busca y no sabes encontrar.
Soy toda mi tristeza en medio de la felicidad.
Soy el sol que alumbra cuando acaba la oscuridad.
Soy lo que no explicas sin principio ni final.
Por Yeralain, Caleña, Caramelo, Nato, Frik y JKLA
Lo que te hace hermosa no es lo de por fuera sino tu belleza interior.
Mujer más hermosa que cualquier piedra preciosa.
La belleza es un talento que Dios nos da sobre todo cuando somos de un corazón puro y bello.
En el espíritu la conciencia es primero.
La belleza de sus ojos inspiran la alegría de su corazón.
Belleza hermosa, humilde tiene un buen corazón.
Por Estrellita, Daniela, Naniiz, Claudia, María P y Kelly
Es un proceso natural de la vida que no tiene solución
Un lugar de oscuridad
La muerte no respeta ni edad ni género, es lo que llega sin esperarse, pero seguro.
Es lo más seguro en la vida.
La muerte llega sutil y silenciosamente.
Pienso de qué moriría y donde moriría.
RECUERDOS
Por La Mona
Fue el día que tenía un gran dolor en mi abdomen y me decían que tenía apendicitis. Me tocó ir al hospital y, cuando llegué, los doctores también me decían que era apendicitis. Como todo, de primeras me hicieron exámenes, y aconteció que era que estaba embarazada. Quedé asustada porque mi hijo estaba chiquis, pero le pedí a papá DIOS que me regalara una niña ya que tenía 2 niños. Todo mundo decía que iba a tener un niño, pero yo le hablaba a mi barriguita y le decía: “¿Cierto que eres una niña?”. Y ella se movía dentro. Cuando fuí a tener el bebe, una señora volvió y me dijo que era un niño, pero yo sabía que era una niña, me dieron mis dolores y me dieron Pitocin, dijeron que servía para que no me doliera tanto, pero lo que pasó fue que sola dí a luz. En ese momento grité: “¡Doctor, nació mi bebé!”. Entonces pregunté que qué era y la doctora me dijo: “Espera que no fui a ver”. Se devolvió y me dijo: Es una niña, fue lo mejor para mi.
El otro momento que recuerdo mucho fue cuando murió el papá de mis hijos y se me llevaron a mis hijos, o sea, a esa princesa que tanto deseé. Mis hijos los dieron en adopción y mi vida ha cambiado mucho. Pero Dios me prometió que iban a volver a mí y tengo fe de que así será. Yo sé que ellos me piensan como yo los pienso a ellos.
Por Sirena
16 de abril de 2018, 5:30 de la mañana, luego de mucha espera, al fin pude conocer a ese ser tan perfecto y hermoso que estaba en mí. Yo lo imaginaba de mil maneras, menos así como nació: llegó a mi vida un hombrecito mono de ojos azules, un bebé más que perfecto que se encargó de alejarme de ese mundo horrible en el que yo andaba. Por verlo bien, dejé amistades, drogas y actitudes que como persona estaban mal. Me regalo un hogar, una compañía y un propósito para seguir luchando y hacer todo bien. Por él, por mi hermoso hijo, mi Tiago. Para mí seguirá siendo mi bebé. Toda la vida será mi motivo de seguir.
Nos levantamos felices de estar ambas, aunque en una dura situación, en esta cárcel, pero el hecho de tenerla a mi lado era lo único que me mantenía de pie. A las 8:30 de la mañana, envié a mi hija al jardín de la cárcel. La alisté hermosa como siempre, lucía un lindo vestido rosado y unos zapatitos del mismo color. La llevé a la entrada del comando y le dije que en la tarde la vería, pero a las 11:30 AM me llamaron a decirme que ya no estaba mi hija. La tenía el Bienestar Familiar y, con ella, se me fue mi vida. Se destruyeron mi paciencia y mis ganas de seguir. La oscuridad rodió mi vida y quise morirme… pero ella, ella me impulsa a seguir, así la tormenta no cese. Mi Luciana, ¿cuándo volverás?, ¿cuándo seremos juntas otra vez?
Por Caramelo
Cuando mi hija nació fue el día más feliz de mi vida. Ver esa carita tan linda me causó una emoción buena. Tenerla en mis brazos fue lo más preciado que tengo. Cuando mi hija comenzó a andar sus primeros pasos, me sentí muy feliz; cuando comenzó a decir sus primeras palabras, fue el día más lindo de mi vida.
Pero cuando la perdí en mis propias manos, a mi hija, fue el momento más triste que yo pude tener, cuando dentré a la cárcel, porque, supuestamente, yo la desaparecí. Que las personas me juzguen y me traten como lo peor, me duele mucho, me da tanto dolor que me que juzguen. A mí me duele porque es mi hija y la quiero. Todo pasó por culpa de un hombre. Él fue el que se llevó a mi hija y me culpó. Por eso estoy en la cárcel, pero soy inocente.
Por La mujer solitaria
Recuerdo cuando tenía cuatro años y me fui de la casa con mi hermanito de tres añitos, que lo cogí de la mano y lo bajé por las escaleras y abrí la puerta, y me fui con él. Yo levantaba la mano para parar un carro o bus y me sentía tan feliz de huir con mi mejor hermanito, el que más quiero. Yo pensaba “Ahora sí vamos a tener una vida bonita, feliz, sin maltrato” sólo pensaba en mi hermano. Éramos él y yo, dos niños en un mundo grande y sólo los dos. Creía que le estaba salvando la vida a mi hermano y a mí de las garras de ese papá y mamá maltratadores sin corazón.
Luego, nos cogió una señora que en ese tiempo vendía arepas con chorizo en la pura avenida y nos puso debajo de la mesa. Después, llegó mi mamá preguntando si ella había visto a dos niños pequeños solos que se fueron de la casa. Ella le dijo: “¿Por si acaso son ellos?”. Ella dijo: “Sí” y nos llevó de nuevo para la casa. Mi papá me golpeó tan pero tan fuerte que casi me mata, eso me dolió mucho, pero más me dolió que mi mamá miraba cómo me golpeaba y no hacía nada por salvarme la vida.
Ese recuerdo negativo siempre lo he tenido y no me deja avanzar.
Por Estrellita
7 de enero de 1990
Estábamos en la casa como a las 9:00 Am jugando con mi hermana. Me raspé toda la espalda, él se enojó mucho, pero para nosotros fue una gran sorpresa: no se puso agresivo, ni con mi mamá, ni con nosotras. Nos invitó para Pereira a almorzar y, saliendo del restaurante, pagó la cuenta, que era algo que no hacía muy frecuente, por lo regular siempre hacía conejo. Al llegar a la casa, de nuevo decidió no salir por su dosis de consumo, sino quedarse con su familia. Esa noche le dijo a mi mamá que durmiera con mis hermanos y él conmigo, porque seguro los niños me iban a lastimar.
Pero, pasada la medianoche, golpearon a la puerta con mucha violencia y, cuando mi mamá preguntó quién era, le aseguraron que sólo venían por él. Ella trató de negarlo, pero fue inútil. Descargaron una ráfaga contra la puerta, la cual quedó sellada, pero lograron entrar por la ventana y, al encontrarlo, lo sacaron. Le pegaron veintiún tiros y, cuando los que lo hicieron se fueron, salimos y él aún estaba con vida. Pudo despedirse y pedirnos perdón a todos por todo lo malo y el maltrato que nos había causado.
CUENTOS COLECTIVOS
Por Maleja y Geraldine
Se encontraba una mujer muy humilde llamada Sofía. Ella se caracterizaba por su mal carácter y arrogancia; ella era posesiva, orgullosa, demandante e inmediatista, pero también tenía unos grandes valores ¡era una guerrera! Tenía codependencias como todo ser humano. Ella se regía por las drogas y por la depresión constante en su soledad. Su vida era un caos total, como un laberinto sin salida.
Debido a su comportamiento irracional y al excesivo consumo de drogas, cometió un delito y fue capturada por la policía. El delito fue “homicidio agravado, con sevicia”. El 6 de agosto fue trasladada a su lugar de reclusión: El Buen Pastor (en Bogotá). Fue condenada a 40 años de prisión. Su llegada a este lugar, aumentó su consumo de drogas. Para conseguir dinero empezó a “shangoniar” y “masteriar” buscaba la forma de poder obtener dinero y este era un método fácil.
Ella recordaba todos los días el hecho que cometió y se atormentaba por su larga condena. Esto la llevó a consumirse cada día más en las drogas y en los pensamientos, la soledad y la depresión. Ya el dinero no le daba abasto. Cansada de esta rutina, se empezó a cortar y autolesionarse y en medio del desespero casi acaba con su vida. En un intento del cuerpo de custodia de generar ayuda, la ingresaron al programa de comunidad terapéutica llamada Sembrando Vencedoras. Allí, a su llegada, le fue muy difícil un cambio, ya que tenía una gran variedad de defectos, pero con el apoyo psicológico, fue cambiando sus drogas, emociones, dificultades y defectos. Luego empezó a soltar todo lo que le hacía daño.
Ahora está aprendiendo a perdonar a todo ser que le causó daño y a perdonarse ella misma, recordando que es una guerrera y una soñadora, generando su cambio día tras día. Allí encuentra un apoyo espiritual y tiene una mejor relación con Dios. Con la ayuda del psicólogo, está ayudando a generar este vínculo con sus familiares. Ya con estas motivaciones, ha decidido quedarse allí, para generar ese cambio de su ser interior y ser una mujer nueva, empoderada al cambio y resocializada para su pronta libertad.
Por Golosita, Caramelo, Coco, Janay y Marcela
Había una vez una niña muy hermosa la cual vivía en un barrio muy humilde. Ella era soñadora, siempre le gustaba trazarse metas, por ejemplo, en sus clases del colegio le gustaba aprender la lección antes de que el maestro la dictara. Era una niña muy inteligente con muchas capacidades, siempre buscaba surgir en todo lo que se proponía. Lo difícil de su vida era que su padre las había abandonado a ella y a su mamá. Ella buscaba escapar de esta situación, de llegar a su casa después del colegio y no encontrar a su padre. [Intentaba escapar] dibujando paisajes. Su gran sueño era ser una pintora famosa, y, de esa manera, se sentía libre.
Cuando cumplió sus 15, tomó la decisión de hacer realidad su sueño. Ya que ella y su mamá eran muy humildes, su madre no podía pagarle la universidad para que ella fuera una pintora profesional. Entonces, se esforzó por pagarse ella misma su universidad con el dinero que juntaba haciendo su arte en la calle. Tardó un poco más de lo normal para lograrlo, pero finalmente con disciplina y enfoque logró cumplir sus sueños y sus metas. Actualmente es la artista más reconocida a nivel mundial.
Por La Negra, Roció, Cala y Frik
Era una niña que quería ser reina. Desde que tenía uso de razón, ella soñaba con ser reina, pero sus padres no tenían recursos, eran de una provincia muy pobre. Ella aprovechó lo único que sus padres podrían darle, el estudio. Era muy inteligente y hermosa y con su inteligencia ganó becas y así se fue culturizando y preparando en su estudio de pasarela y de glamour. No le tocó fácil, porque siempre encontró rivales que le decían que dejara de soñar, que ella nunca lograría ser reina, pues le faltaba mucho dinero para su patrocinio. En cambio, ella, una mujer hermosa, capaz y guerrera, que le gustaban los retos, no prestaba atención a palabras necias y seguía sobresaliendo por su esfuerzo, empeño, disciplina, belleza y ese espíritu, vencedor. Así logró conseguir patrocinio y, gracias a su dedicación y a su empeño, logró ser reina.
Por Dayana, Lola, Pispirispis, Laura y Estrellita
Esta mujer nació en Bogotá en el año 1997, su familia era de bajos recursos y el barrio donde vivían no era de los mejores. Estudió todo el bachiller. Sus pasatiempos favoritos eran colaborar con los que los rodeaban, escuchar música, bailar y leer. Por su situación económica, aceptó un trabajo ilegal el cual, después de varios años, la trajo a la cárcel. Había caído en el consumo de drogas por lo cual perdió su dignidad, autoestima, familia e hijos. Pero el llegar a la cárcel no fue una desgracia, sino una bendición, porque decidió cambiar y alejarse de las drogas.
Ahora ya lleva dos años en abstinencia y pudo lograr recuperar a su familia y sus sueños. Ahora piensa y actúa diferente.
Por Keli, Yurani, Daniela, Lorena, Brenda y Yuyis
Es una mujer extrovertida que le gusta escribir, cantar, escuchar música, hacer deporte, dibujar y viajar. A Danna le gustaba, en medio de los viajes, escribir canciones, las cuales cantaba para expresar lo que vivía. Estos viajes también la inspiraban a dibujar los paisajes que veía y, por medio de ellos, expresar lo que sentía. Danna, aparte de divertirse mucho, nunca dejaba a un lado el deporte, ya que era una chica muy vanidosa que le gustaba verse bella. Le gustaba mucho fantasear escuchando música. Gracias a ello, creaba sus propios bailes y sus propias canciones. Después de muchos viajes, Danna tuvo una dificultad por lo cual fue privada de su libertad y aun así eso no le impidió soñar. Danna seguía escribiendo, cantando, bailando etc. Y, a pesar de sus situaciones, ella seguía viajando en su mente, imaginando lugares en los cuales nunca nadie podría estar. Su situación nunca la limitó, ni logró opacar sus sueños.
Danna, la soñadora
PRESENTACIÓN EN TERCERA PERSONA
Por La Mona
A la otra Tatiana, su mirada resplandecía cada vez que de niña la abrazaba su tía. Soñaba con que la miraban cuando contaba muchas fantasías. Era una niña que soñaba sin poder parar, porque lo único que ella quería era poder cantar.
Ahora, hoy en día, Tatiana sigue cantando sin poder parar, porque es con lo que ella se puede desahogar. Busca en las letras pequeñas poder expresar el amor que ella siente. Cuando puede cantar solo quiere que la escuchen, porque mucho amor es lo que ella puede dar.
Por Mariposa
Hace 60 años, nació una blanca paloma libre como una mariposa, muy sutil como lo dice la palabra. Fue tejiendo una red de caprichos y haciendo que fuera todo a su acomodo.
Sembrando la semilla de la juventud, ha crecido como un árbol añejo, ya que, por probar sustancias que no debía, desperdició la sabiduría con la que nació y dejó pasar el tiempo marchitada en el barro, perdiendo lentamente el brillo de aquella luz, su flujo. Tal vez, no vuelva a brotar y llegará al fondo, para estrellarse con el planeta.
La recibió la cárcel que le ha dado la oportunidad de crecer de nuevo. Este cambio ha fortalecido su espíritu y ha vuelto a nacer.
Por Esmeralda
La otra Esmeralda antes era desatinada y no le gustaba nada. Le importaban más las cosas insignificantes y los gustos no eran nada agradables. Ella era fría como la lluvia a la madrugada. El tiempo se le había congelado. Estaba en un desliz de colores y su cuerpo era como un trofeo sin valor alguno.
Con el pasar del tiempo, llegó a un lugar frío y feo, sin saber qué hacer y se fue acoplando. Los días pasaban y se hundía en el mar del olvido. Con el pasar de los años, llegó a un lugar lleno de luz, y le dio sentido a su vida, sin saber que podría cambiar su estilo de vida…
Por Mona
Sus bellos ojos son como una perla hermosa. Sin verse al espejo, sabe que se refleja en lo valiente y luchadora. A esa mujer le gusta mucho trabajar y sentirse satisfecha de lo que hace, porque ella lo hace sin temor. Solo se propone ser ella misma.
Lucha para ver su ángel que la espera. Así, esa mujer fuerte y sin temor lucha y tiene fe en lo que Dios le va a dar. Ella nunca se queda atrás. Con debilidad, temor o dolor, ella camina sin miedo. Así la carrera se vea larga, todo es más fácil, actuar y no sofocarse para llegar.
A la cima, sin dolor y sin temor. Gracias Dios
RECUERDOS DE COMIDA
Por Sirena
Después de mucho tiempo de viajar y conocer diversidad de alimentos y lugares, considero que no hay nada como lo que compartes en casa. Hay unas tortillas de BIMBO que se rellenan como tacos, con guiso, salsas, pollo desmechado, carne desmechada o huevos de codorniz, me encanta comer esas tortillas. Me recuerdan esos fines de semana en familia con mi hijo y Miguel. A Miguel lo conocí cuando estaba perdida en la calle, rodeada de malas decisiones y malas amistades, en ese momento de mi vida acababa de saber que iba a ser mamá, no tenía una estabilidad, ni emocional, ni económica y al padre de mi hijo lo acababan de matar. Conocerlo a él me brindó un hogar y un mundo diferente. Él me hizo ver en mí a una persona que yo no conocía y me brindó un hogar, ya que su familia y él le brindaron un hogar a mi hijo. Hasta el día de hoy se convirtieron en mi apoyo y se puede decir que en mi familia, después de que por motivos personales me aleje de mi familia. Cada vez que logro preparar algo rico, preparo las tortillas y recuerdo esos hermosos fines de semana con ellos y la tranquilidad que me daban.
Todo comenzó cuando salíamos a comer los domingos con mi papá, yo veía que él siempre pedía el mismo platillo y se lo disfrutaba, sudaba y llegaba a dormir, decía que esto le daba poderes, jajaja… le brindaba vitaminas. Entonces, un día cuando fuimos al restaurante, pedí yo lo mismo que él, desde ese momento amo la comida de mar.
Por Estrellita
Ahora que no tengo a mi abuela es bueno recordar la anécdota de la primera vez que cocinó pasta. Yo no la quería comer, porque decía que eran lombrices. Ella me obligó a comerla en forma de chantaje y, cuando crecí y conseguí pareja por primera vez, yo no sabía cocinar y él era mayor y madrugaba a trabajar. Y como cuatro meses, todos los días él preparaba pasta de varias formas diferentes, así se convirtió en una de mis comidas preferidas. Hoy en día no la como, porque en este lugar la preparan horrible. Añoro salir y comerme un plato de pasta preparado con la receta de mi abuela.
Por Nato
Estaba yo en casa con mi abuelita, ella siempre solía despertarme con el desayuno en la cama, ella sabía que a mí no me gustaba el atún. Una vez, como siempre, ella tan linda con sus desayunos me los llevaba a la cama. Me llevó dos arepas, una tenía queso y la otra tenía atún, pero yo no sabía. Ella me dio primero de comer la de queso y yo, muy contenta, le decía que estaba muy deliciosa, y la otra me la dio, me la empecé a comer y, ya cuando iba en la mitad… Ahí, ella estaba mirándome, muy seria, pero cuando sentí el sabor a atún, ella me vio y soltó la carcajada. Yo le dije: “Abuelita, ¿por qué me hace esto?”, pero ella no podía de la risa.
Me sentí muy amada.
Por La pluma del silencio
Boyacá es una región amplia y rica en sabores, colores y paisajes. Un lugar que por su paz y tranquilidad me regaló gratos momentos, donde el calor de un fogón y en medio del humo asábamos arepas y amasábamos la chucula. Siempre que recuerdo ese olor y ese sabor, viene a mi mente el rostro de mis hijos, su inocencia, sus abrazos y el rosado de sus mejillas mientras sus labios susurraban “Mamá, te amo”.
Eran noches en las que mi tía nos contaba historias de mis antepasados, de su coraje y esfuerzo por sacar adelante nuestra familia, de cómo mi tatarabuela le enseñó a hacer el aliño para estas arepas, las cuales no he encontrado en ningún otro lugar. Sólo la tía Silvia las puede preparar con sus manos desgastadas debido a su avanzada edad, pero con el mismo amor con el que su mamá le enseñó a ponerle el toque secreto a tan deliciosa y especial receta familiar.
AUTOBIOGRAFÍA
Soy un niño muy estudioso, nacido en Cundinamarca, en el hospital Santa Matilde el 28 de octubre del 2005. Desde pequeño, fui un niño guerrero. Mi mamá se llama Sandra. Ella trabajaba vendiendo dulces en los buses hasta que un día se cansó y se puso a robar para darles de todo, sin importarle lo que algún día le pudiera suceder. Yo, al ver todo lo que luchaba por nosotros, le ayudaba a trabajar, hasta que me di cuenta de lo que mi mamá hacía. Porque a ella no le gustaba verme trabajar, ella me regañaba. Así fue hasta que dejé de trabajar. Cierto día, ella nos dejó en un jardín, por cierto, tenía tres hermanos más: dos varones (conmigo tres) y una mujer. Ella nos dejó en el jardín donde nos cuidaban de noche, pero ella nunca volvió, porque la cogieron robando y la llevaron para la cárcel. En esos días apareció mi abuela que poco sabía de ella y nos llevó con ella, hasta que cierto día me cansé de todo lo que pasaba y me fui de la casa. Mi abuela entregó a mis hermanos al ICBF, yo sabía que me tocaba trabajar y estudiar. Tengo hoy en día 16 años, y trabajo y sigo estudiando, y ya me voy a graduar y pronto visitaré a mi madre.
Por Catalella
Hace 25 años yo nací y mis padres eran un poco complicados, ellos peliaban mucho. Mi padre era un bebedor de trago, él se ponía muy agresivo cuando tomaba. Mi madre era cristiana y conocía mucho de la palabra. Yo me acuerdo mucho cuando mi madre se arrodillaba a pedirle a Dios que por favor lo cambiara, que ella no quería seguir así con esa situación. Un día mi padre descubrió que mi madre oraba por él, entonces se puso muy bravo y le gritaba cosas muy feas como, por ejemplo: “Yo no necesito un dios, yo soy así, de malas, no se meta en mi vida, qué le importa, sapa”.
Mi madre sólo lloraba hasta que Dios hizo la obra en él. Después de mucho tiempo ellos se casaron mientras yo estaba consumida en las drogas. Probé las drogas por una violación en mi casa por un familiar: debido a eso me fui de mi casa y estuve viviendo en la calle durante casi 4 años. Me vi tan mal que tuve que llamar a mi padre y a mi madre para que me ayudaran. Ellos vinieron por mí y me llevaron a un centro de rehabilitación y pude hacer mi proceso. Pero después recaí y me puse a robar. En estos momentos me incuentro en la cárcel de mujeres de Bogotá.Por Yuyis
Yo, Yuyis, nací el 7 de diciembre de 1989, fui criada por mis abuelos paternos ya que mi mamá me abandonó a la edad de 1 año. Mis abuelos paternos y mi familia eran consumidores y expendedores de droga. Mi abuelo era un hombre alcohólico y de muy mal carácter. No tuve una niñez buena, ya que por la venta de drogas había muchos conflictos y violencia. Me acuerdo de que mi abuelo llegaba en sus borracheras a maltratar a mi abuela y a mí. Hasta la comida me la tiraba. Mi padre era un hombre consumidor, nunca tuvimos una buena relación.
A la edad de 14 años comenzó mi consumo. Desde muy pequeña me desenvolví en este mundo, jibariaba todos los domingos mientras entre semana estudiaba. Gracias a Dios tuve mis 4 hijos, hace 4 años me case y ahora me encuentro aquí en el buen pastor.
Por Ratona
Mi último viaje lo recuerdo con alegría y tristeza. Alegría porque fue a otros países, dos, Ecuador y Perú. Fueron hermosos. Y tristeza porque hace un año me devolví y caí en la cárcel. Cuando me fui, fue con mucho miedo e intriga, porque era a un país que no conocía, gente extraña, con otras culturas, pero así me fui con unos amigos. Decía que allá el mar era muy hermoso, que tenía unas playas divinas. Cuando llegué, llegué a conocer la Basílica, una iglesia muy importante en Ecuador, y muy hermosa. El transporte era en unos buses gigantes y muy baratos, con wifi todos los buses.
Unas cuadras muy largas, allá las cuadras no son como acá en Colombia, son más largas. Me da mucha risa, porque yo molestaba a mis amigos con eso. No me gustaba caminar casi. Conocí muchas ciudades de Ecuador. Luego de estar en el centro de Ecuador, me fui para una ciudad llamada Guayaquil. Allá, era un clima mucho más rico, era caliente, y la comida era deliciosa. Probé una comida que se llamaba Papipollo y otra que se llamaba Encebollado, y me quedé con eso. Solo comía eso cada ratico. Me empecé a engordar. Me pidieron varias veces matrimonio los ecuatorianos, porque ellos gustan mucho de las colombianas. Anduve hasta con la policía que allá los llaman Misu. Me parece curioso, porque acá los odiaba a la policía y, allá, con ellos me la pasaba paseando en las patrullas con ellos. Las patrullas de allá son diferentes a las de acá, hasta cámara tienen.
Conocí a unos cristianos que me ayudaron mucho con mi tema de la rebeldía, me llevaron de voluntaria a llevarle comida a los venezolanos inmigrantes que llegaron a su país. Duré en esa ciudad varios meses, ellos me decían que me quedara y trabajara con ellos, pero mis amigos quisieron seguir con ellos, pero mis amigos quisieron seguir. Luego conocí un lugar que le llamaban La mitad del mundo, y uno tocaba el piso y una parte era caliente y la otra fría. Fue muy chévere, luego llegamos a la primera playa, se llamaba Santa Elena. Cuando vi el mar para mí fue algo muy sorprendente, sentí una sensación que nunca había sentido, quedé sin palabras, fue algo lindo, muy, muy grande. Sentí nervios, y, cuando me iba a meter, lloré, y después ya no me quería salir. Me le tiraba a las olas y quedé enterrada, porque las olas venían muy duro. Buceé, anduve en moto acuática.
FOTOS DEL PROCESO
EQUIPO DE TRABAJO
Sergio Gama: Coordinador del proyecto, tallerista y editor
Valentina Villamarín: Tallerista y editora
David Barato: Tallerista y editor
Soy Maria Palito: Ilustradora
Marcela Carrillo: Ilustradora
Agradecimientos: Rafaela Gómez Martínez, Fundación Fahrenheit 451, Corporación Pazósfera, Orlando Peñuela y TODAS LAS MUJERES DE LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA DEL RM EL BUEN PASTOR.