Yo no vi a los ogros
Ni al mal tan temido:
Vi miradas puras
Colgadas del cielo,
Vi pechos contritos
Y manos en súplica,
Vi sueños inmensos
En busca de ruta
Vi en los delincuentes
Un don nunca visto
Toda la bondad
que en las calles falta,
vi arrepentimiento
Sin los titubeos
De los hombres falsos,
Vi a Dios o corriendo
Sin hacer distinciones;
Oí preces hechas
de dolor y lágrimas.
Vi pechos abiertos
Que se despojaban
De la podredumbre,
Vi que las conciencias
Arrojaban culpas,
Vi el convencimiento
Del error en ellos,
Vi nacer sus canas
Sus frentes cuarteadas,
Y sus noches largas
Sus amaneceres,
Vi padres sin hijos
Padres sin hogar
Porque sucumbieron.
Vi de todas formas
Que el mal es distinto
A este que se esconde;
Y supe ser libre
Y extender mis alas.
Vi al amor de frente
En los prisioneros.
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